En la despedida física a nuestro Comandante, millones de cubanos gritaron ¡Yo soy Fidel!, y esos millones son los que se empeñan cada día en demostrarlo, con su optimismo, resistencia ante las dificultades, y confianza en la victoria.
Quien tiene mucho dentro necesita poco afuera. El
hombre que tiene mucho dentro,
el hombre grande nace, muere y
vuelve a nacer. De sus cenizas se levanta cual fenix,
y gigante más que un sol, guía el mesías de este tiempo al resto de los hombres.
Cuentan que murió, pero con la muerte comienza el camino, la
vida larga. Por más inverosímil que parezca su partida al otro
mundo ha quedado lo más nítido de su alma,
su esencia revolucionaria, transformadora, humana.
Quien dice Patria dice humanidad y
quien dice humanidad dice Fidel.
Por consiguiente Fidel-Patria,
Fidel-muerto, Fidel-vivo,Fidel ENTRE NOSOTROS.