Integrada por un colectivo capaz de convertir el barro en maravillas en la localidad de Guayacanes, municipio de Majagua quedó constituida la primera MIPYMIS (micro, pequeña y mediana industria) que se localiza en el suroeste avileño.
La fabricación de ladrillos y decenas de diferentes figuras para adornos es la función de este reducido equipo de alfareros, primero en condición de trabajadores por cuenta propia y ahora al adquirir una superior categoría con la posibilidad de contar con un mayor presupuesto e incrementar la cifra de clientes.
El cieno, fue el nombre escogido, al tener en cuenta que significa lodo blando que se deposita en el fondo de los ríos o sitios húmedos, y así fue precisado por Eugenio de Armas Guerra, director del centro, quien informó además que entre las perspectivas esta iniciar la fabricación de bloques, rasillas y utensilios con destino a unidades de la gastronomía.
Ninguna de estas producciones requiere invertir cemento, solo arcilla procedente el municipio Ciego de Ávila, mientras el combustible para el horno donde se cocinan los objetos fabricados mediante la utilización de moldes o a mano, está conformado por recortarías procedentes del aserrío de la propia localidad.
Conforman el surtido de elementos decorativo y de uso doméstico entre otras piezas, bolsas revisteras, frutas, alcancías, animales, pozos criollos, porta agarraderas, cocineros de diferentes tamaños y hasta búhos que permiten espantar a los malos augurios.
Eddy René González González, representante de estos 5 hombres y una mujer, al referirse al trabajo en la MIYMIS El Cieno, lo calificó de duro y constante y cuanto los estimula la canción de Silvio Rodríguez en la que hace alusión a convertir el barro en maravillas.