Para este hombre de piel trigueña y analítica mirada que inició su su vida laboral como ayudante de mecánico de equipos de perforación de pozos de petróleo el vínculo experiencia juventud es un factor determinante.
Así lo pudo apreciar cuando con solo 20 de años llegó a la entidad en la que aún permanece y donde los primeros pasos los dio de la mano de Israel Rivero, persona que casi triplicaba su edad pero con el deseo que sus conocimientos se mantuvieran presentes en el accionar del taller.
Gracias a ello Rosendo Hernández Acosta contribuyó de forma decidida a mantener activado el proceso que se establece con la llegada a la superficie desde las profundidades del suelo del demandado carburante base fundamental del desarrollo.
Además estableció vínculos de trabajo en diferentes zonas del país como Jíbara y Camagüey y estuvo siempre dispuesto a contribuir con otras tareas que demandaba la economía del territorio y del país como la participación en 9 zafra en función de machetero de la columna obrera Jesús Suarez Gayol y en acciones de la defensa que lo convirtieron en oficial de la reserva.
Al auto abastecimiento del centro puso su experiencia respecto a los cultivos varios y la cría de animales y entre petroleros celebró su primer matrimonio que le permitió convertirlo en padre de del hijo varón y a percibir la satisfacción de ser en la actualidad abuelo.
A propósito de la celebración en las próximas horas del día del trabajador petrolero Rosendo Hernández Acosta, un fiel amante a la lectura, será estimulado a instancia provincial por sus cuarenta años ininterrumpidos en un mismo sector, al tiempo que aprovecha toda posibilidad de estrechar sus relaciones con las nuevas generaciones como forma de agradecer el apoyo de sus antecesores. Con la convicción que la juventud y la experiencia es una pareja que no admite divorcio.