En cada chapea, perfilado y demás labores de mantenimiento que recibe el parque Máximo Gómez Báez, del poblado de Majagua están presentes las manos y el amor que deposita este hombre en cada obra que ejecuta.
Tal vez el hecho de haber sido constructor, machetero y trabajador de la actividad petrolera contribuyen a que Misael Rey Esquivel, sobre pase los setenta años sin perder en el camino esa vitalidad que lo acompaña desde aquel 9 de febrero que lo trajo al mundo.
Además este hijo del suroeste avileño que nació en Los Hoyos, sitio donde radicara uno de los campamentos del generalísimo durante la presencia de su tropa mambisa en esta central provincia cubana, se interesó además por la labor de cantinero, especialidad que desempeñó en su tierra natal y en la ciudad de Camagüey.
Es Misael Rey Esquivel, defensor de la paz y la armonía y entre las cosas que no concibe en la vida es que una pareja se pueda pasar el día en discusión y cuando llega la noche olvidarlo todo y amarse a plenitud.
El parque Máximo Gómez Báez de Majagua, además de ser su centro laboral, le da la posibilidad de ser seguidor de la gran simpatía profesada aquí al luchador independentista que le da nombre a la instalación y de soñar en sus bancos con la llegada de la mujer hace latir su corazón.
Tiene febrero una importante significación en la vida de Rey Esquivel, por celebrar su cumpleaños, por ser el mes del amor y la amistad y por ofrecerle el día dedicado a los trabajares de los servicios comunales sector al que espera dedicarle hasta su último aliento.