Haber integrado desde hace casi treinta años esta organización creada por Fidel y cuyo primer presidente fuera nuestro poeta nacional Nicolás Guillen es la mayor satisfacción que experimenta el creador majagüense Gilfredo Salvador Boan Pina.
Por su puesto que la actual situación epidemiológica imposibilita celebrar las 6 décadas de creada la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba como hubiera sido el deseo de todos, no obstante mantener viva la convicción que la cultura es escudo y espada de la nación es un digno homenaje a la fecha.
Siente el poeta e investigador de la tierra de los bandos azul y rojo la ausencia de compañeros con los que compartió su quehacer literario durante muchos años, entre ellos Pablo Díaz Díaz, Volpino Rodríguez García, Modesto San Gil Enríquez y Luis Gutiérrez Pardillo, con los cuales participó en ferias y otros eventos.
Tampoco el autor de “No dejen volar al buey” olvida el recibimiento ofrecido por Roberto Bullón Domínguez, presidente provincial de la UNEAC en ese momento a su entrada a la organización el aval firmado por la escritora Carmen Hernández Peña y el apoyo ofrecido al movimiento de parrandas campesinas del suroeste avileño.
A Gilfredo Salvador Boan Pina, acreedor del premio nacional memoria viva y de cultura comunitaria e hijo ilustre de la provincia de Ciego de Ávila lo honra arribar a este 22 de agosto presente en los eventos virtuales de la UNEAC y de patrimonio Sonoro y podernos brindar su obra siempre actualizada.
En menos de 9 lunas/ por la magia del talento, /en múltiple alumbramiento/ Cuba parió sus vacunas./ De calumnias lacayunas/ han sufrido la envestida/ Pero no habrá quien impida/ a estas 5 luchadoras/ proclamarse embajadoras/ de la salud y la vida.
Leer más...