El hecho de estar graduado de médico desde hace dos años no aparta al majagüense Manuel Alejandro Echemendía Hernández de los encantos que le ofrece el trabajo con las abejas al lado de su progenitor.
Esto le permite al dueto vinculado a la Empresa Apícola de Ciego de Ávila contar con centenar y medio de colmenas diseminadas por Guayacanes y otras zonas del suroeste avileño las que hacen posible acopiar anualmente unas 8 toneladas de miel entre otras producciones y a la vez profundizar en el estudio de sus propiedades medicinales.
“Escogí como profesión la apicultura” nos dice y argumenta “Es una profesión que ha trascendido en la generación de mi familia desde mi abuelo y le hemos puesto una gran dedicación a ella y nos hemos entregado completamente a la producción de miel ceras, y propóleos que es uno de los renglones importantes en nuestro país por su exportación hacia el extranjero”.
En cuanto a la interrogante ¿Cómo tus conocimientos en medicina general básica contribuyen al mundo de las abejas? Esta fue su respuesta “Todos estos conocimientos contribuyen al mundo de las abejas que como otras especies que existen en nuestro mundo necesita de una atención médica que en este caso lo estudia la veterinaria pero se ralaciona mucho con la medicina humana también”.
Finalmente el médico-apicultor. En sus reflexiones Calificó el hecho de haber integrado el curso de veterinaria auspiciado por la Federación de Mujeres cubanas en su municipio, como un complemento para todo el estudio por parte de sus generaciones y que da la posibilidad de enfocar el estudio con un matiz más científico.
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