Este hombre que todos escuchan atentos cuando ofrece sus valoraciones respecto al brote de epidemias u otros temas de salud, antes de ser licenciado en derecho y en higiene y epidemiología había sido auxiliar de producción.
También Gilberto Suarez Hernández, en los inicios de su trayectoria laboral desempeñó funciones de ayudante de carpintería, almacenero y supervisor de vectores, responsabilidades que siempre logró conjugar con la sencillez que lo caracteriza y el permanente interés respecto a la superación.
Gratos recuerdos conversa de su etapa de cuadro político y de su estancia en el Estado de Miranda en la República Bolivariana de Venezuela, donde sus conocimientos les permitieron ejercer con buenos resultados la función de especialista en vectores y epidemiologia.
Como días de contante ajetreo y noches interminables califica este hombre de piel blanca y oscuros ojos los últimos meses vividos en los que la presencia en el suroeste avileño del contagio de dengue y del rebrote de la COVID-19, estuvieron entre las causas de la aparición de las primeras canas en su barba y cabello.
La constitución de todo un mecanismo dirigido al combate contra el dañino visitante causante de peligrosas enfermedades y la estricta vigilancia que demandaban el evento de trasmisión y los 6 focos de la pandemia redujeron al máximo las horas de descanso del especialista que nunca se dejó atrapar por las garras del pesimismo.
Tiene Gilbert, como es conocido por las personas que lo rodean, la satisfacción de pertenecer a una familia de trabajadores de la salud, tal es el caso de su esposa, laborante activa y de la mamá y suegra jubiladas del sector, mientras sus 2 hijas se sienten atraídas por la noble tarea de evitar que las personas se enfermen.
Quien integra la nómina aquí de los destacados a propósito del día de la medicina Latinoamericana, defiende con fuerza las tradiciones de su terruño aunque nunca ha bailado ni una caringa ni un zapateo, le apasiona la cocina principalmente los fines de año, y haber llegado a los cincuenta no hace disminuir su interés por la superación.
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