La rigurosa calificación de los riesgos detectados en gestantes con el objetivo de ofrecerles un estricto seguimiento, estuvo entre las razones que le permitieron al municipio de Majagua concluir el pasado 2020 con cero mortalidad infantil.
Durante la etapa en la que se produjeron 193 nacimientos, a pesar de la difícil situación epidemiológica debido a la COVID-19, no se registraron afectaciones respecto a la asistencia de las embarazas a las interconsultas a nivel secundario, ni se interrumpieron los servicios ofrecidos por el colectivo del hogar materno.
En el referido centro fueron acogidos entre otros casos, restricciones del crecimiento intrauterino, futuras madres a término, residentes en zonas rurales apartadas, hipertensión arterial, diabetes, síntomas de prematuridad, embarazos gemelares y a menores de 18 años con indicios de peligro.
Un importante apoyo a la labor de médicos y enfermeros de la familia como integrantes de grupo básico de trabajo, fue la contribución de los factores de la comunidad, nos argumentó en sus declaraciones la doctora Dairis Carmenate Castillo, Responsable del programa materno infantil en el suroeste avileño.
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