La constante desinfección de las manos y las superficies, unido al rigor con que se apliquen las pesquisas sanitarias, mucho contribuyen a frenar el contagio con la COVID-19 y así debe ser interiorizado por cada miembro de la comunidad
En las reuniones que de forma diaria realiza aquí el grupo temporal de trabajo contra la pandemia, debido al incremento de casos positivos durante el presente mes, se enfatiza en que el accionar de los trabajadores de la salud requiere de apoyo por parte de la población.
Mucho deja que desear que directivos de una determinada entidad permitan en sus áreas a trabajadores con síntomas de infecciones respiratorios, fiebre o cualquier otro malestar, al igual que cuando se le oculta a los pesquisadores la presencia de alguna persona enferma.
Resulta determinante la remisión de los infestados a los centros asistenciales, la localización de los contactos y sospechosos que son enviados a los sitios de aislamiento y la entrada en cuarentena de zonas, instituciones y viviendas para el control del contagio. Pero eso no es todo.
Que alguien incumpla con los protocolos higiénicos sanitarios como el aislamiento social y el uso correcto del nasobuco, y además reciba y realice visitas, desarrolle tertulias callejeras y se crea que se es inmune a la COVID-19. Es el mayor daño que se le puede hacer en medio de tan serio combate
Con la contribución de todos, el contagio con la terrible pandemia se puede evitar, No deje de hacer ahora lo que después pudiera convertirse en causa de lamentaciones. Si no tiene síntomas no salga a buscarlos y si los tiene no salga a repartirlos.
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