Haber dedicado más de 45 años al cuidado y a la educación de niñas y niños, el aniversario 60 de la creación de los círculos Infantiles llena de satisfacción la tierna mirada de esta educadora.
Recuerda con sano regocijo su llegada a la primera institución de este tipo con que contó el municipio de Majagua cuando era solo una adolecente y su contribución en el entorno del hogar al tanto de los muchachos había logrado sacar a flote su vocación.
El Circulo Infantil Bebé, sitio encargado de acoger a Georgina Oliva Borrego, como trabajadora docente, le ofreció además de desarrollar su amor por la profesión, la posibilidad de iniciar una permanente superación y que sus resultados laborales la hicieran acreedora de múltiples reconocimientos morales y materiales.
Quién puede ser calificada por muchos como la educadora de la familia por haber influido en la formación de los progenitores y después en sus descendientes tuvo que transitar por difíciles momentos que atentaron contra la plena felicidad como lo fue el padecimiento y pérdida de hijo pequeño.
Destino, que por otra parte la premió al convertir al otro de sus retoños en fundador de la brigada Henry Reed y contar entre sus compañeras de labor con Yoandra Agramonte Clark, perspicaz discípula que tuvo el privilegio de guiar desde la primera infancia.
Ahora Gina como cariñosamente la llaman, mientras prepara nuevos medios de enseñanza que puedan ser desinfestados de forma permanente para evitar el contagio con la COVID-19 sin ser dañados, se detiene por un momento a reflexionar, ¿qué sería de mi vida si no existieran los círculos infantiles?
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