A este hombre que recordar el hecho conlleva a enrojecer sus claros ojos, fue uno de los 4 jóvenes del municipio de Majagua que integrar la operación Carlota los convirtió en testigos de la masacre de Casinga.
Ángel González Medina, tiene la triste experiencia de haber conocido de cerca la agresividad y el odio de las fuerzas surafricanas sobre niños y demás personas indefensas que buscaban refugio en suelo Namibio y la satisfacción de haber contribuido con su accionar al retroceso enemigo.
Los años transcurridos no logran borrar de la mente del actual jubilado del sector azucarero, las fuertes explosiones que se originaban a su paso, y mucho menos las imágenes de los compañeros víctimas de los azotes de la metralla, entre ellos su coterráneo Antonio Echevarría Esquijarosa quién resultó herido.
Rememorar los acontecimientos mediante amenos encuentros en los que tenía la posibilidad de participar cada 4 de mayo antes de la llegada de la COVID-19, y mostrar con satisfacción sus condecoraciones y reconocimientos, entre ellos el lapicero rojo y blanco obsequiado por embajador de Namibia, son razones que fortalecen la vida de Ángel González Medina.
Entre sus grandes amigos, la radio, la televisión y los periódicos que lo mantienen informado de los principales acontecimientos que se generan a nivel local, de país y en el universo con la convicción que sobrepasar los 70 años no le pueden impedir estar en disposición de decir presente ante cualquier tarea encargada de materializar sueños de justicia para Cuba y para el mundo,
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